Cuando empiezas a escribir un blog no tienes muy claro a cuánta gente puede interesarle lo que cuentas. Las primeras publicaciones te leen tu marido, la familia, los amigos…, y conforme va pasando el tiempo ocurre justamente lo contrario: ni tu marido, ni tu familia y ni siquiera los amigos te leen tan a menudo como deberían (espero que con esto se sientan aludidos). Eso sí, son conscientes de que tienes un blog de ocio para niños y, claro, a todos les parece mucho más sencillo enviar un whastaap o interrumpirte a cualquier hora del día con el teléfono para que les cuentes «qué hay esta tarde en Huesca», «qué hacer el finde con los peques» o si hay «algún sitio nuevo para celebrar el cumple del enano». Total que como soy comprensiva termino contándoles lo que me piden y, naturalmente, perdiendo posibles visitas y seguidores.
Pero eso no me importa. Lo que sí importa y me encanta, por cierto, es cuando leo un comentario de alguien desconocido que me dice que le gusta el blog y que le es muy útil. Cuando el correo me informa de un nuevo «me gusta» en Facebook. O cuando alguien me envía un mensaje para pedirme que cuente un plan que le parece interesante.
¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque ésta que estáis leyendo es mi entrada número 100. Y creo que es un buen momento para agradeceros de corazón a todos vosotros, queridos lectores, que sigáis allí después de siete meses y cien posts, a pesar de no tener vínculos familiares ni de amistad con la que suscribe. ¡¡¡Gracias, gracias y cien veces gracias!!!
GRACIAS A TI POR HACERNOS LA VIDA CON PEQUES UN POCO MÁS FÁCIL….
Oye guapa, que aunque desde la distancia, yo te leo SIEMPRE 🙂 Besos y felicidades! s
Ja,ja! Lo sé, lo sé. Lo de los aludidos no iba por ti Sandrita. Besos también para ti
Gracias por compartir toda esta información y dedicarnos tu tiempo! Felicidades!,,